Juliana Acevedo Ávila1

Desde el inicio sabíamos que una acción de tal envergadura como es el reconocimiento jurídico, solo sería el primer paso de un proceso encaminado a lograr el buen vivir que merecemos las y los negros, afromexicanos, prietos, mascogos, afroindigenas, afrodescendientes; reconocimiento que realmente fuera el pago de esa deuda histórica que se tiene con mi linaje, con mis ancestros y ancestras, en este punto es bueno refrescarnos la memoria al respecto.
La trata esclavista es uno de los motivos principales para que hoy haya personas negras en este país, y digo uno de los motivos principales, ya que según quienes estudian el tema hubo quienes ingresaron de manera voluntaria en la época colonial, pero la gran mayoría entró debido a la esclavitud, fueron cazados en sus lugares de origen, cruzaron de manera forzada el atlántico en barcos negreros, revolcándose en sus heces fecales, con hambre, malos tratos y un calimbo que les recordaba que ahora estaban reducidos a menos que animales y pertenecían a un amo, estaban desarraigados en una tierra extraña en la que fueron sometidos a extenuantes jornadas de trabajo donde muchos perdieron la vida. Parafraseo a Thomas Sankara ex presidente de Burkina Faso:
“A lo largo y ancho del mundo… se tendrá que subrayar la enorme parte que pagó África y el mundo negro para que el desarrollo de la civilización humana fuera posible. Aportación que no ha recibido compensación alguna”.2
Debido a esa deuda tan grande, las aspiraciones y expectativas sobre la inclusión constitucional, lo eran aún más, eran gigantes, pues necesitábamos una reforma a la altura de los estándares internacionales, donde se definiera al sujeto jurídico y se nos otorgaran derechos específicos, acordes a nuestras realidades. Al final obtuvimos lo que la poca voluntad política y una mala técnica legislativa nos pudieron dar:
Un Apartheid “C”, perdón un… Apartado “C” que dice:
C. Esta Constitución reconoce a los pueblos y comunidades afromexicanas, cualquiera que sea su autodenominación, como parte de la composición pluricultural de la Nación. Tendrán en lo conducente los derechos señalados en los apartados anteriores del presente artículo en los términos que establezcan las leyes, a fin de garantizar su libre determinación, autonomía, desarrollo e inclusión social3.

Rascándole los pelos a la botella podemos decir que el reconocimiento nos ha dado un poco más de visibilidad en esta Nación para la que hemos sido invisibles, aunque para ser honestos, en realidad se nos sigue viendo de manera intermitente, como es el caso de algunos programas. Para que quede constancia de la intermitencia de nuestra presencia, vamos a ver un claro ejemplo.
Recordemos que que la reforma se publicó el 9 de agosto y entró en vigor al día siguiente, pues bueno, el martes 31 de diciembre del 2019, cuatro meses después de la multicitada reforma, en el Diario Oficial de la Federación, en la edición vespertina, se publicó el Acuerdo mediante el cual se emiten las Reglas de Operación del Programa Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, mismo que está vigente este año.
El Objetivo General: La población Adulta Mayor indígena de 65 años o más; y no indígena de 68 años o más, mejora su situación de protección social.
Objetivo Específico: Entregar una pensión a la población adulta mayor indígena de 65 años o más de edad; y a la población adulta mayor no indígena de 68 años o más de edad, para que así cuente con la garantía y acceso al derecho a la protección social.
Tomando de referencia la reforma, este programa debiera contemplar a los afros dentro del grupo de personas con 65 años para darles el apoyo, pues la gran mayoría tiene pésimas condiciones socioeconómicas, tal como quedó evidenciado en el documento: Perfil Sociodemográfico de las Personas Afrodescendientes, emitido por el INEGI, sin embargo no es así, no nos alcanza para estar ahí, ni siquiera se nos nombra y si no nos alcanza en lo poco, menos en lo mucho, refiriéndome con esto a un presupuesto específico para las y los afromexicanos.
En lo personal siento como si hubiésemos pasado del infierno al purgatorio. Tal vez se requiere esperar el resultado del Censo de Población 2020, que el INEGI estaba levantando en marzo de este año, y con todo lo que está pasando con la pandemia no le veo un buen augurio, pero se tienen los datos de la Encuesta Intercensal 2015, sin embargo, sigue sin alcanzarnos y consecuentemente podemos decir que la compensación o pago a la tan mencionada deuda histórica se ha hecho con sonidos y en abonos mínimos, por lo que resta del Decenio Internacional para los Afrodescendientes declarado por la Organización de las Naciones Unidas.

Aspirar a leyes secundarias, creo que es un horizonte lejano, pues eso no lo han conseguido hasta la fecha los pueblos indígenas y así como quedó la reforma, con la equiparación de derechos, avanzaremos si ellos avanzan, pues estamos supeditados a correr el mismo destino.
Sin embargo es necesario perfeccionar los alcances logrados, en un primer momento y como lo hemos hecho exigiendo que esa visibilidad jurídica que tanto se cacaraquea se materialice no con dádivas racistas si no con acciones concretas, en un segundo momento con una reforma más completa, esto para lograr la meta de una vida digna.
Con lo que hay esperamos que se impacte el sistema educativo para no estar recordándoles a cada paso a los gobernantes o funcionarios públicos y a la nación en general que existimos y somos parte fundante de la misma.
Es necesario el combate frontal al racismo y la discriminación racial debido al papel que juega en la violación de derechos de los afrodescendientes y evitar de esta forma acrecentar aún más las desigualdades e injusticias hacia este sector poblacional. Pues hay acciones amorosamente racistas en lo que se nos ha vendido como logro, mismas que no podemos ver porque el racismo está normalizado en nuestro país. Para encarar el racismo es necesario que el Estado Mexicano cumpla con las recomendaciones emitidas por el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de fecha 19 de septiembre del 2019 con énfasis en las recomendaciones 15, 16 y 17:
15. El Comité insta al Estado parte a elaborar una política nacional integral de lucha contra la discriminación racial que incluya la adopción de un plan nacional contra el racismo y la discriminación, con la participación efectiva de los pueblos indígenas, la población afromexicana, así como de otros grupos minoritarios que continúan enfrentándose a la discriminación racial. El Comité recomienda además que el Estado parte asigne los recursos humanos, técnicos y financieros necesarios, y establezca mecanismos de coordinación entre las instancias locales, estatales y federales a fin de asegurar la implementación efectiva de dicha política.
16. Si bien el Comité acoge los esfuerzos del Estado para dar mayor visibilidad a la población afromexicana, le preocupa la falta de información específica sobre medidas concretas que el Estado está adoptando para asegurarle el ejercicio y goce efectivo de sus derechos. El Comité observa con preocupación que el pueblo y las comunidades Afromexicanas continúan siendo objeto de discriminación, de un alto grado de marginación y exclusión social.
17. Con base en sus recomendaciones generales núm. 32 (2009) sobre el significado y el alcance de las medidas en la Convención y núm. 34 (2011) sobre discriminación racial contra afrodescendientes, con la debida participación de la población afromexicana y teniendo en cuenta sus necesidades específicas, el Comité recomienda al Estado parte que:
a) Adopte las medidas especiales necesarias para garantizar el ejercicio y goce efectivo de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de la población afromexicana, a fin de promover su inclusión social y participación activa en la vida pública y política, incluyendo en cargos de toma de decisiones;
b) Incremente sus esfuerzos para eliminar la discriminación racial en contra de la población afromexicana y garantice su protección contra todo acto de discriminación por parte de organismos estatales y funcionarios públicos, así como cualquier persona, grupo u organización.
Es tiempo de cambiar la historia y es por ello que en el marco del tiempo que queda para cumplir lo señalado en el Decenio Internacional para los Afrodescendientes, cuyo lema es Reconocimiento Justicia y Desarrollo, queremos que estos tres ejes centrales sean una realidad que impacte de manera positiva a las personas negras Afromexicanas, tanto en lo colectivo como en lo individual y no solo con actos de simulación.

1 Es una mujer negra afromexicana, se identifica como Malaika Darén, tiene licenciatura en Derecho y Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, trabaja desde los años noventa en el movimiento por el rescate cultural y el reconocimiento pleno de los pueblos negros de México. Integrante de AFRICA A.C. Actualmente preside La colectiva OFPNA.
2 Lamko, Koulsy, “La libertad se conquista”. Los grandes discursos de Thomas Sankara. Primera edición, México,UACM,2007. P 57.
3 Apartado adicionado DOF 09-08-2019 Artículo reformado DOF 14-08-2001
Exelente artículo en cuanto al Estado Mexicano se refiere…pero uno de los grandes retos es no de los retos es la unificación o la unidad del movimiento del pueblo Afro…para exigir sus ferechos plenos…
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Exelente artículo en cuanto al Estado Mexicano se refiere…pero uno de los grandes retos es unificación o la unidad del movimiento del pueblo Afro…para exigir sus ferechos plenos…
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