Sergio Ferrer. 26 de marzo de 2020

Habitantes de la cabecera municipal de Copanatoyac, en la Montaña de Guerrero, manifestaron su descontento al conocer sobre la entrega de un proyecto Pacmyc a dos personas que no tienen un trabajo previo en la elaboración de sombreros de palma, dijeron, dejando de lado el esfuerzo generacional de una familia que se ha dedicado a la preservación y promoción del sombrero de palma estilo «copeño»

Los comentarios se dieron primeramente en la red social Facebook, en una publicación del 13 de enero de este año, hecha por el eternizado Jefe de la Unidad Regional Guerrero de Culturas Populares Indígenas y Urbanas, Gerardo Guerrero, que publicó, “Hoy en nuestro primer día de trabajo con gusto entregamos apoyo del Programa PACMYC 2019 al Proyecto “Fortalecimiento al taller de elaboración del sombrero de Copanatoyac (sombrero copeño).

Dudas. Los beneficiarios y el funcionario. Foto: Internet

El texto se acompaña de una imagen donde aparecen dos personas, una de éstas, Víctor Bruno de Ramona, el beneficiario representante y otro individuo, quienes fueron reconocidos por usuarios de Fb, como un sobrino y el hijo de Josefino Bruno García, Servidor de la Nación y secretario del Comisariado de Bienes Comunales, quien presuntamente habría sido la figura que validó el trabajo “inexistente” de los beneficiarios del Programa cultural federal.

Los comentarios encaminados a dos puntos principales, plantean primeramente que la única familia que se ha reconocido por mantener la elaboración de sombrero es la familia Verdis, en tanto que otras personas más criticaron que las convocatorias nunca llegan a todo el pueblo y las comunidades y solo algunas personas son las que tienen el privilegio de enterarse.

Tradición familiar

“Caracterizado por su finura que sólo en esa comunidad de manera artesanal y a mano se elabora”, dice respecto al sombrero la publicación del funcionario. Consultados al respecto, integrantes de la familia Verdis Silva manifestaron su enojo al saber que un programa del gobierno deje en el olvido la memoria y esfuerzo de quienes cada año trabajan para preservar esta tradición y dieron a La Dekonstrucción su versión respecto al trabajo con el sombrero de palma en la cabecera municipal.

Por otra parte, demandaron a las autoridades culturales:

1-Presentar el proyecto al pueblo para que sea del conocimiento público

2-Efectuar un trabajo profesional de campo en el que personas expertas investiguen el proceso de la elaboración del sombrero de palma, desde las primeras manos hasta el proceso tradicional que se ha desarrollado en Copanatoyac del sombrero “copeño” en la Sombrerería Cristo Rey del Señor a efecto de no faltar a la verdad ni a la memoria histórica de un pueblo.

3-Pidieron que la Secretaría de Cultura federal buscar mecanismos efectivos para que todas las artesanas y artesanos, así como artistas del municipio puedan conocer a tiempo las convocatorias públicas.

4-A Culturas Populares de Guerrero solicitaron rendir un informe en el cual Contraloría y Transparencia, mencione los criterios que han seguido en los últimos años para la selección de proyectos.

En las manos la memoria.

La otra historia: La sombrería Cristo Rey

El artesano mayor fue don José Maria Verdis Juarez que falleció el 27 de mayo del 2018. Al ocurrir esto quedaron a cargo doña Guadalupe Silva Ramirez y su hijo Antonino Verdis Silva siguiendo el legado de la familia y de Copanatoyac.

En memoria. El artesano José.

Aproximadamente desde hace 40 años don José empezó desde abajo, siendo solo empleado de personas que tenían locales de artesanía como fueron los ciudadanos Pedro Ramirez, de ahí prosiguió con Aurelio Campos, también el señor Pio Gonzales y Emilio Ramirez.

En el periodo de gobierno del presidente municipal Santiago Mejía, fue alquilado como maestro para que más personas aprendieran, para cuando terminó este periodo, no supo que sucedió con la maquinaria que se utilizaba en dicho taller.

Fue así que hace 25 años decidió trabajar por su propia cuenta; empezando con una maquina pequeña junto a su familia, por otra parte poco a poco fue conociendo a las personas que actualmente exportan sus sombreros en todo el estado de Guerrero, Puebla, Morelos, Guadalajara y parte de la República Mexicana y con lo que empezó a ganar fue adquiriendo maquinas con mayor capacidad.

Un aspecto clave es que el sombrero de palma se compra en la comunidad vecina de Patlicha, que tiene una situación preocupante ya que quedan pocas personas que realizan eso. Ahora bien llegando al pequeño local es donde empieza la transformación para llegar a un Sombrero Copeño como tal con varias etapas.

El énfasis que se hace en esto es que doña Guadalupe vendió sombreros que le pidieron específicamente sin forro y sin etiqueta, a estas personas que buscaron otro fin al mostrar tal artesanía como propia y no decir lo verídico, ni en qué Sombrerería se hacen o está vigente en el municipio. Una desmemoria y falta a la verdad.

Por otro lado, dentro de los comentarios de la publicación, otros dos usuarios, quienes son los beneficiarios, invitaron en los comentarios, a las personas que reclamaron en la red, a “asistir a la casa de la familia Hernández a ver el taller y conocer los detalles…”.

¿Qué es el Pacmyc? https://www.culturaspopulareseindigenas.gob.mx/index.php/programas/pacmyc

Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC)

Está orientado a desarrollar la cultura de comunidades y municipios, estimulando la participación local y promoviendo las iniciativas de esa participación.

En 1989, la DGCPIU impulsó este programa como una estrategia dirigida a la recuperación de la cultura popular, para fortalecer los procesos que sustentan a las expresiones comunitarias, por medio del financiamiento a proyectos que estimulan las iniciativas de la sociedad.

Para la operación del programa se conjuntan recursos financieros federales y estatales. En cada Estado se establecen Comisiones de Planeación y Apoyo a la Creación Popular (CACREP), órganos colegiados conformados por representantes de las autoridades culturales locales y federales, así como de la sociedad civil, encargada de validar los procesos de trabajo del programa, asegurando su transparencia.

Los proyectos son seleccionados en procesos estatales de dictamen que se conforman de forma independiente a las instancias convocantes, donde creadores, académicos y especialistas en cultura popular determinan cuáles proyectos serán financiados.