Sergio Ferrer
Reacciones ante la pandemia como son: la incredulidad, el señalamiento, la desinformación o incluso intereses políticos, parecen no dejar espacio al diálogo comunitario o lecciones colectivas frente a la Covid-19.
En tanto, el incremento de casos en la ciudad de Tlapa ubica al municipio en el cuarto lugar en el estado, registrándose en las cifras oficiales e incluso en publicaciones toscas como las hechas por parte del alcalde, por ejemplo.
Existen medidas preventivas que la población debe continuar demandándose o aplicar inmediatamente, asimismo es tarea fundamental del ayuntamiento exigir a las empresas grandes, bancos y transportistas actuar acatando los protocolos.
Debemos mencionar que las medidas punitivas o de multas a ciudadanos de a pie, puede enrarecer la tensión que hay en la región frente a cuerpos policiacos.
La pertinencia cultural, hablar del tema en las lenguas indígenas, además de como pueblos plantearse la necesidad de posponer o cancelar reuniones masivas de cualquier tipo, deben ser consideraciones urgentes.
Entre muchos otros aspectos, es importante la responsabilidad sanitaria por parte de quienes acuden o salen de Tlapa. Es oportuno que los diálogos digitales en redes sociales contribuyan a la información en lugar de generar o distribuir noticias falsas.
Asimismo, es relevante que los habitantes de Tlapa, en la medida posible, puedan aprender de las experiencias tanto de familias que tienen sobrevivientes a la Covid-19 así como de personas que han padecido la muerte de algún familiar y pudieran dar su testimonio.
A continuación les dejamos un texto que da cuenta de la experiencia de una persona ante la Covid-19 que amablemente decidió compartirnos.
Te cuento algo de las medidas tomamos.
Desde que todo empezó siempre salimos con cubrebocas a la calle, aunque en ese momento decían que solo las personas enfermas deberían usarlo, pero nosotros pensamos que era mejor protegernos y proteger porque nos daba miedo ser asintomáticos.
Cumplimos también con la sana distancia de hecho recuerdo que a inicios en abril cuando las normas no eran tan serias, nos pasó que una vez llendo a la bodega (Aurrera), a la hora de formarnos en caja, yo me ponía donde estaban las marcas y algunas personas llegaban y se ponían adelante de nosotros super juntos a la persona a la que le estaban cobrando y entonces les tenía que decir -disculpe estoy formada -perdón es como no avanza y pues les recordaba que se pedía sana distancia porque pues eso si ya había letreros.
Yo vivo en el centro y en mi calle como en todas las del centro pasa mucha gente siempre tratamos de desinfectar la puerta y la pared.
Nosotras hicimos una solución de agua y alcohol, en un atomizador pusimos 3 cuartas partes de agua y 1 cuarta parte de alcohol para así cada que llegáramos de la calle, nos rociaramos en toda la ropa, compramos un sanitizante de zapatos u otra cosa que hacemos es poner sandalias cerca de la puerta de la entrada así al llegar no entrábamos con los zapatos que ocupamos en la calle.
También cuando empezó el primer familiar enfermo, nos rociabamos con el atomizador de alcohol antes de salir, lavamos súper bien nuestras manos y aplicabamos gel antibacterial. Cuando enfermé utilizaba cubrebocas en casa todo el tiempo, al igual que mis otros familiares cada quien tenía sus trastes, eso es muy importante que cada quien tenga su propio vaso, taza utensilios y sus platos por separado.
Igual desde que inicio todo en casa nosotros mismos guardamos la sana distancia, como realmente es una casa pequeña designamos los lugares de cada uno.
La verdad no pudimos aislarnos completamente en un cuarto pues repito es una casa pequeña, solo tenemos un baño para todos e igual solo hay 3 cuartos, pero todo el tiempo desinfectabamos con nuestra solución.
Tratamos de llevar todo lo que pudiéramos en cuanto a desinfección en la casa por las personas grandes y por que tenemos un bebé en casa.
Otra cosa que decidimos hacer fue que si necesitábamos cosas del súper íbamos a las 9 de la noche pues había muy poca gente en la calle e igual en el súper. Algo que hicimos durante abril y mayo fue no usar ningún transporte público así que nos ibamos caminando al Che o a bodega, yo se que muchos no pueden hacer eso pues viven en colonias muy alejadas.
Lo que era inevitable era las compras del mercado, allí sí era muy difícil buscar una hora despejada y pasillos más o menos libres, nunca soltamos el cubrebocas y mi mamá que era la que más hacía las compras en el mercado utilizaba lentes protectores.
El protocolo de entrada y salida de la casa siempre era rociar todo con el atomizador de alcohol igual lo que traíamos del mercado
Algo más es que mi papá es músico, somos una familia que va al día y el principal sustento es a través de la música pero como saben al inicio de esta cuarentena todas los eventos sociales fueron cancelados lo cual dejó en ceros nuestra principal entrada de dinero.
Donde empezó a haber un poquito de entrada fue cuando invitaban a mi papá a tocar en mariachi, siempre que el se iba a tocar lo pensábamos mucho pero al final aceptaba porque era: o no comemos nada y nos endeudamos o aprovechamos esta pequeñas entradas.
Yo sé que muchos dirán que irresponsables pero la verdad ver como esto parece que no tiene fin y no saber cuando habrá de nuevo eventos sociales donde trabajar (XV, bodas etc) y que los gastos en la casa no paran, te hace pensar y encomendarte a Dios, seguir las medidas y pedir que no seas el siguiente.
Mi papá sufre de la vista entonces usa lentes de contacto así que si se llega a desacomodar un poco es inevitable para el no tocarse los ojos
Siempre al salir de casa le recordábamos todas las medidas pero sabemos que a veces se olvidan por distracción y falta de costumbre.
Cuando llegaba de tocar con el mariachi poníamos una silla cerca de la entrada para que llegara y se quitara esa ropa la rociabamos y la sacábamos a colgar al patio para que en el día le pegara al sol y posteriormente lavarla
Entonces si teníamos varios cuidados ¿cómo llegó a nosotros?
Después de quitarse esa ropa se metía directo a bañarse sin tocar nada más que la silla donde dejaba la ropa.
Créeme hay muchos muchos escenarios donde se pudo haber dado, uno se pregunta lo mismo, se siente mal decimos tal vez me faltó hacer esto, o porque ese día olvide desinfectar mis zapatos pudo haber sido ahí, y así una tortura mental muy desgastante.