Sergio Ferrer
Activistas indígenas migrantes de la Montaña de Guerrero y de distintos lugares de Abya Yala, propondrán la creación de un Consejo de Pueblos Originarios en la que será la Primer Asamblea de Pueblos Originarios en Nueva York, para exigir entre otras demandas; intérpretes indígenas en el consulado, apoyo a familiares de fallecidos por Covid19, luego de seis meses sin contar con apoyos.

A pesar de la temperatura baja que vive Nueva York, las y los activistas indígenas señalaron que han convocado a asambleístas, a la gente del Consulado, del Gobierno de México y de la Ciudad, con quienes buscan establecer un diálogo que de paso a la atención a las necesidades de los pueblos migrantes. “Estamos convocando a todo paisano y paisana que hablan una lengua originaria para que se acerquen a este acto primera vez, no es protesta, no es otra cosa es una Asamblea para proponerle a las autoridades, invitarlas a trabajar con la comunidad indígena.
Saúl Rivera Espinobarros, na savi originario de Yuvinani, municipio de Metlatónoc, integrante de la organización Ti Toko Miko, señaló en entrevista con La Dekonstrucción que confían en tener eco con más organizaciones que trabajan a favor de los derechos de los indígenas migrantes, además de buscar que nazca una semilla en los paisanos que están lejos de su tierra para que busquen el bienestar comunitario como lo hacen en sus comunidades de origen.

“No somos todos latinos, habemos miles de migrantes que venimos de pueblos originarios, que tenemos nuestras lengua milenarias y que muchas veces tenemos que matarlas por el inglés, queremos estar orgullosos de nuestras raíces y que nuestros hijos se enfoquen en temas sociales, pensar muy positivo que algún día ellos pudieran ser concejales, senadores o incluso dirigir la ciudad”, dijo.
Y es que pasa que muchos paisanos tienen miedo de acercarse a la alcaldía porque no saben que con su ID (identificación) pueden tener acceso a servicios,uso de bibliotecas, por ejemplo, hay mucha mala información por lo que es importante que autoridades de Nueva York apoyen a sus habitantes considerando la pertinencia cultural y la diversidad linguistica, relató Rivera Espinobarros.

Otro punto que retomará la asamblea, es la cuestión de la atención en la pandemia por la Covid19, ciertamente en los momentos de más chingadazos no se les vio a la gente del consulado, empezaron después de un mes a movilizarse, a decir que estaban haciendo cosas, un mes no se les vio, quienes se movilizaron fueron los paisanos de los movimientos sociales.
Como lo dijo Andrés Manuel, primero los pobres, primero los pueblos, y acá habemos muchos que hablamos lenguas indígenas que queremos sentirnos en confianza al pedir algún servicio del gobierno, dice el activista que recordó que en el Consulado tenían unos audios de traducción en mixteco, que no era lo mismo que un intérprete, hay variantes de las lenguas, queremos todavía más capacitación y se tomen en cuenta las variantes linguisticas ya que cuando existen problemas en la Corte, en hospitales, una mala traducción pruede producir daños terribles como personas que sean separadas de sus familias al ser deportadas injustamente.
Rivera Espinobarros apuntó que ha visto un cambio de hace 7 años cuando estaba apagado el tema indígena a la fecha. Organizaciones como Ti Toro Miko buscan romper el ciclo de que el mexicano solo llega a lavar platos, incluso, piensan en la erradicación de la migración y el sustento de trabajo cooperativo que sin intermediarios “como dice el presidente Andrés Manuel”, recordó el activista, pueda traer beneficios económicos a las familias en las comunidades de origen.

Migrar sin olvidar las raíces y la cultura
Autonombrado como un migrante más, el activista dijo que es de los paisanos que llegó a Nueva York en busca de neuvas oportunidades de bienestar, lleva casi 8 años allá y llegó a lavar platos, trabajar desde abajo, viviendo situaciones desagradables conn algunos empleadores e incluso con propios paisanos mexicanos.
Al convivir con paisanos en restaurantes ví mucho racismo, me tocó patrones que al ver el origen indígena, según ellos al ser más morenos o hablar con un español mocho como lo dicen, había un abuso constante por el color, por el origen, burlas. Yo pregunté a paisanos de Guerrero de donde eran y muchos lo aceptaban con miedo, pena, relató el joven.
Cuando tuvo un accidente en Nueva York, y ser el único hijo en Estados Unidos del cual dependía su familia y dejar de mandar remesa a pesar de que las necesidades seguían, decidió vender servilletas y blusas que se elaboran en su comunidad de origen. Comenzó en la calle y tuvo comentarios positivos y negativos. Encontró personas en movimientos sociales que se interesaron por compartir su emprendimiento.

La red de pueblos trasnacionales hizo eco del trabajo y Ti Toro Miko forma parte ya de ese esfuerzo solidario con el que ha ido creciendo poco a poco el movimiento.
En Facebook, las personas identificaron el proyecto y se fueron integrando en un pequeño taller en Yuvinani, otro en Tecolapa Guerrero y otro pequeño taller más en Chilpancingo con una familia migrante, con lo que cada año de trabajo les permite buscar aplicar para una visa cultural. Algunas veces lo han logrado y han traído a artesanas que muestran su trabajo en las universidades que son las que facilitan las cartas para el trámite que permita a las señoras mostrar su arte a a alumnos, funcionarias, y sea una puerta cultural para romper las fronteras.
Ti Toro Miko, comenzó a trabajar en Nueva York con mujeres para la creación de bolsas ecológicas, logrando establecer un taller con el apoyo del Departamento de Salud que les donó 8 máquinas de coser,sin embargo una semana después comenzó la emergencia sanitaria y con ello las compras de pánico que terminó con la escacez de productos sanitarios como el gel para manos y los cubrebocas.
En una reunión con integrantes de movimiento sociales, decidieron usar tela que tenían para la producción de cubrebocas, pero sin ver la salud como un negocio, por lo que la producción que sacaron fue ofertada gratuitamente en las redes sociales recibiend llamadas de políticos, gente de la tercera edad, personas infectadas que pedían los cubrebocas, por lo que hicieron entregas por mensajería y algunas las dejaban personalmente en puertas de las casas, varias personas en agradecimiento les colaboraron económicamente e incluso fueron nombrados como héroes migrantes, lo que les dio un salto a la sociedad.
Hay mucho trabajo, dice el migrante que volvió a nombrar la cuestión de los intérpretes, gente migrante no pudo ser atendida al no ser comprendida en su idioma, solo los mandaban a su casa con té y tylenol aunque fuera Covid-19, tenemos el caso de Claudio Ortega que vivió una dura situación, (falleció por Covid19), muchos paisanos por estar aquí solos y abandonados no tiene a quien recurrir. Su caso fue uno de tantos. Se mueren sólos, reprochó Rivera Espinobarros quien también criticó que hay una ola de repartidos que han sido sido muertos por conductores ebrios o choferes que los atropellan y que al ver que son migrantes huyen del lugar.