Copanatoyac Pueblo Mágico
El ciclo agrícola inicia con la preparación de las tierras en las laderas de los cerros, con la roza y quema de los tlacololes, por los meses de abril y mayo, pero no es simple y llano de arreglar la tierra, si no que la creencia en la cosmovisión nahua, es de que la naturaleza no es un ente inerte, es más bien un plano donde todos se conjuga, todo está entrelazado, el ser humano es parte de ella, en ella habita; su relación va más allá de solo manipularla, la respeta y convive con ella.
El mediador entre el hombre y la naturaleza es el Tlajmatketl (El sabio, el que adivina, el rezandero), el que platica con las distintas deidades que mueven los elementos de la naturaleza, vientos, remolinos, lluvia, nubes, semillas, el que conoce los ciclos naturales, la agricultura, por lo tanto son los que celebran los rituales más importantes del ciclo agrícola, como la petición de lluvia en honor a San Marcos, santo relacionado con el agua en el sincretismo religioso cristiano y mesoamericano el 24 de abril y el agradecimiento a la lluvia en septiembre, durante la fiesta de San Miguel.

El ritual de la petición de lluvias tuvo su persistencia en Copanatoyac hasta la década de los cincuenta, este hecho ancestral se iniciaba el 23 de Abril, el Tlajmatketl CRUZ ESPINOZA con un grupo de personas subían al cerro de Yelotepetl (cerro del elote), morada de Pedro Celotl dador de las buenas cosechas, dueño de las fuerzas de la naturaleza, en el interior de la cueva su hogar eterno, existía una mazorca de piedra, ahí se efectuaba el ritual de inicio, con rezos, ofrendas de velas, incienso de copal, comida y sacrificio de animales, aves; muy cerca de ahí en el paraje de Sentioapan (río de mazorcas ) existía una gran piedra que tenía una huella de pie gigante.
El 24 de Abril una cofradía y los iniciados (Hombres, mujeres y niños) se reunían en casa del Tlajmatketl CRUZ ESPINOZA para efectuar una danza, continuar con la petición de lluvias; la danza se efectuaba en varios actos, acompañado de música con instrumentos de cuerda, violín, guitarra y jarana, el último ejecutor de violín de estas piezas fue el señor DIEGO JUAN CAMPOS, José Morales tocaba el bajo, jarana el señor Agustín Diego Hidalgo, y su nieto Aurelio Campos Navarro también la jarana, (niño de 10 años), calculaban el inicio de la danza para terminara en punto de las 12 de la noche, duraba aproximadamente unas dos horas, pero los preparativos iniciaban desde la tarde.

PRIMER ACTO: El altar estaba adornado con un arco de carrizo tierno, forrado de ramas de árbol de ahuehuete, flor de sempualxochitl y axochitl, en el suelo se ponía hojas de plátano, en ella estaba la imagen de San Marcos, así como de pequeños idolitos. Una anciana con sahumerio en mano, hacía la presentación del ritual, irradiando incienso de copal, bailaba un son lento y se encaminaba hacia el altar, al estar de frente, soplaba el humo de copal para esparcirlo por todo el altar, después de eso regresaba bailando hasta al grupo de personas que estaban viendo al altar a unos 6 metros de distancia.
SEGUNDO ACTO: Consistía en la siembra del maíz, dos hombres se ponían frente al altar agarrándose de cada lado del arco de carrizo, estos representaban al KOJSEMALOTL (Arco iris) y al AJKOMALAKOTL (Remolino), dos hombres salían del grupo donde se encontraba el tlajmatketl (este rezaba en lengua náhuatl muy despacio, se escuchaba como un murmullo) para ir a sembrar con su estaca de palo, el palo plantador en la mano, bailaban un son, simulando ir sembrando con la estaca, usaban su vestimenta habitual calzón y cotón de manta, en un morral de ixtle llevaban la semilla de maíz y de calabaza, en la otra mano llevaban una botella de aguardiente, al ir bailando estos avanzaban hacia el altar pero al tratar de llegar a ella, le salían al paso los hombres que representaban al arcoíris y al remolino impidiéndoles llegar a ella, uno, dos, tres intentos, entonces los hombres les ofrecían la botella de aguardiente, el arcoíris y el remolino, estos aceptaban la ofrenda y los dejaban pasar al altar, después bailaban frente al altar, regresaban al grupo contentos bailando por que ya les dieron permiso para la siembra hasta donde estaba el tlajmatketl para reunirse con ellos, bailando el son que tocaban con el violín.
TERCER ACTO. Una vez reunidos, todos los participantes formaban un círculo, llevaban en una mano un ramo de ramas de ahuehuete y vela, en la otra mano llevaban semillas de maíz o calabaza, la viejita en medio con su sahumerio, bailaban un son alegre; después del baile, se ponía la ofrenda en el altar consistente en comida, caldo de chivo con tamales nejos, todo se servía en cajetes de barro, el garrafón de aguardiente se protegía con su chiquigüite de carrizo, la ofrenda debería de ser exactamente a las 12 de la noche. También este ritual era ocasión para curar a alguien de alguna enfermedad por el tlajmatketl, después de la ofrenda.
DATOS:
Aurelio Campos Navarro
FOTOGRAFIA:
Florentino Lara
La música se encuentra resguardado y escrita en partituras.
