Acatlán 31/XII/2019
Marcos Matías
El domingo 28 de diciembre, coincidí en Temalacatzingo con el amigo Felipe de la Cruz. Ambos participamos en la ceremonia de premiación del Primer Concurso Artesanal Indígena 2019″.
Felipe es vocero de los 43 desaparecidos de la Normal Rural de Ayotzinapa. Es un hombre curtido en el dolor y ha sido fraguado en la lucha candente de los pueblos de Guerrero y del país.

Antes de organizar nuestra retirada de Temalacatzingo, saludamos al Prof Ramos Reyes, líder histórico de la CETEG. Ramos es veterano en la lucha del magisterio indígena de Guerrero.

A las 5 de la tarde nos despedimos de las autoridades comunitarias. Al llegar a Olinala, hicimos escala técnica y decidimos transitar por la ruta de Ahuacoutzingo para llegar a Chilapa.
En tres horas recorrimos 91 km. La carretera entre Chilapa, Ahuacoutzingo y Olinala, está destrozada. Grietas, derrumbes hundimientos y un abandono total en la rehabilitación de estos tramos carreteros. Casi desaparece el pavimento y queda una terracería agreste
Olinala tiene su propia historia de desapariciones, asesinatos y varios episodios violentos en la región. Ahuacoutzingo ha sido tierra de crímenes y asesinatos. La lista es larga. Refiero lo más conocido.
En octubre del 2012, el joven Francisco Quiñones Nava fue secuestrado y desaparecido. Nadie más volvió a saber de él. En junio del 2014, fue asesinado su padre Francisco Quiñones Ramírez, ex Presidente municipal de Ahuacoutzingo.
Meses después, en marzo del 2015, fue asesinada su madre, la Sra Aide Nava González. En este mismo tramo, ocurrió la tragedia del asesinato de Bernardo Ranferi Hernández Acevedo.
En octubre del 2017, B Ranferi Hernández, con su esposa la Sra Lucía Hernández, su suegra la Sra Juana Dircio (88 años) y Antonio Pineda (chófer), fueron cobardemente asesinados y calcinados dentro de la camioneta en q viajaban de Ahuacoutzingo a Chilapa.
Ha sido una década de crímenes y asesinatos. Caminos desolados por su alta peligrosidad.
Casi a las 8 de la noche del domingo llegamos al crucero de Chilapa. Descendi del vehiculo y con un fuerte abrazo me despedí del amigo Felipe. Ambos nos deseamos buen camino. A él le faltaban tres horas para llegar a su destino y a mi, 10 minutos mas, rumbo a Zitlala. Un tramo carretero igual o más violento que otras áreas vecinas de Chilapa.
Así concluimos una de tantas jornadas de nuestro trabajo en la Montaña de Guerrero. Sólo caminamos con la bendición del Creador…

Gracias vida por llegar al último aliento del 2019.
Posdata: mientras escribía esta nota, circula información del asesinato en la madrugada de hoy, de Luciano Moreno, ex Presidente Municipal de Cochoapa el Grande.