Griselda Ramírez S.
«El movimiento estudiantil de 1968 abrió la puerta de la participación política de muchísimos jóvenes y de la sociedad en su conjunto, para un país más democrático», señaló la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo en su primera conferencia matutina: Las mañaneras del pueblo.
Por su parte, la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, realizó una disculpa pública a nombre del Estado mexicano a familiares y víctimas de los actos de violencia contra el movimiento estudiantil.
El Acuerdo fue publicado este miércoles 2 de octubre y se puede consultar en: https://bit.ly/47ONlr6

El acuerdo que firmó en nombre y representación del Estado mexicano, reconoce políticamente que los actos de violencia gubernamental perpetrados el 2 de octubre de 1968 contra integrantes del movimiento estudiantil fueron constitutivos de un crimen de lesa humanidad y por el cual se ofrece una disculpa pública a las víctimas, a sus familiares y a la sociedad mexicana en su conjunto.
»Hace 56 años en la plaza de Tlatelolco, después de un movimiento estudiantil que lo que pedía era libertad, democracia, libertad de los presos políticos, fue perpetrada una de las mayores atrocidades que se vivió en México en la segunda mitad del siglo XX: fue ordenado por el entonces presidente de la República, Díaz Ordaz, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, la represión contra estudiantes que, en libertad y pidiendo diálogo público que había sido ofrecido, fueron asesinados, encarcelados». »(…) es algo con lo que crecimos muy doloroso, pero al mismo tiempo el movimiento estudiantil de 1968 abrió la puerta de la participación política de muchísimos jóvenes y de la sociedad en su conjunto, para un país más democrático», expuso durante su primera conferencia matutina: «Las mañaneras del pueblo».
»La disculpa pública es algo que inició con el Presidente Andrés Manuel López Obrador y que nosotros le vamos a dar continuidad. Las disculpas públicas de un crimen de lesa humanidad -como fue el caso de los pueblos yaquis y otros casos que hizo el presidente-, engrandece a los pueblos, reconoce crímenes como este y, al mismo tiempo, pone un alto y dice: ‘Nunca más'», aseveró.
´´Personalmente, para mí es una obligación el día de hoy. He dicho en otras ocasiones que soy hija del 68: mi madre participó en ese movimiento estudiantil, era profesora del Instituto Politécnico Nacional, ella participó durante todo el movimiento como profesora ayudando a los estudiantes; después, fue expulsada del Politécnico Nacional por haber participado ella (…) Y nosotros como hijos, yo tenía 6 años solamente, pero para nosotros en la familia fue algo que vivimos personalmente. Yo fui a visitar, cuando tenía siete años, a Pablo [Gómez Álvarez] y a otros presos a Lecumberri», rememoró.
La consejera jurídica del Ejecutivo Federal, Ernestina Godoy Ramos, dio lectura a los considerandos del acuerdo.
> Artículo 1°. En nombre y representación del Estado Mexicano se reconoce políticamente que los actos de violencia gubernamental perpetrados el 2 de octubre de 1968 en contra de integrantes del heroico movimiento estudiantil fueron constitutivos de un crimen de lesa humanidad, como fue reconocido por el entonces presidente de la República y comandante supremo de las Fuerzas Armadas, Gustavo Díaz Ordaz, durante la lectura de su 5° informe de gobierno. Textual dijo: ‘Por mi parte, asumo íntegramente la responsabilidad: personal, ética, social, jurídica, política e histórica por las decisiones del gobierno en relación con los sucesos del año pasado’.
> Artículo 2°. Se instruye a la titular de la Secretaría de Gobernación para que, en nombre y representación del Estado mexicano se ofrezca una disculpa pública por esa grave atrocidad gubernamental a las víctimas, a sus familiares y a la sociedad mexicana en su conjunto.
> Artículo 3°. En nombre y representación del Estado mexicano, el Ejecutivo federal a mi cargo se compromete a garantizar la no repetición de atrocidades como a las que se refiere el presente acuerdo, actos de represión, actos de privación ilegal de la libertad, uso de las Fuerzas Armadas contra la población, utilización de cárceles clandestinas, tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes o a la anuencia del Estado para destruir o exterminar a un grupo de la población mexicana.
> Artículo 4°. Quedan a salvo los derechos que legalmente les asisten a las víctimas y a sus familiares.
> Artículo 5°. Este reconocimiento político servirá para la materialización de actos subsecuentes de impulso a la justicia, la preservación de la memoria histórica y la no repetición de los hechos.
> Artículo 6°. En mi calidad de comandanta suprema de las Fuerzas Armadas, asumo el compromiso solemne y giraré las correspondientes órdenes formales para que sus estructuras y elementos nunca más sean utilizados para atacar o reprimir al pueblo de México. Y que se fortalezca la formación en derechos humanos y construcción de paz, se asuma el reconocimiento de los hechos históricos aquí mencionados y se garantice su no repetición.
La titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Rosa Icela Rodríguez Velázquez, ofreció una disculpa pública a las familias y a las víctimas por los actos de violencia cometidos el 2 de octubre de 1968.
«En cumplimiento a la instrucción de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, y con la convicción de la responsabilidad histórica que han otorgado a este gobierno millones de mexicanas y mexicanos, me dirijo a ustedes para pronunciarnos en nombre del Estado mexicano por los actos de violencia cometidos el 2 de octubre de 1968´´. «Este crimen de lesa humanidad fue ideado, ejecutado y encubierto desde la más alta autoridad del poder público y su responsabilidad principal recayó en el entonces presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz. Se trató de un reprobable acto de represión estudiantil y social que tuvo como consecuencia decenas de muertos, heridos, detenidos extrajudicialmente y torturados. Con la masacre de Tlatelolco se dejó ver el agotamiento del Estado represor vertical y autoritario, que usó la fuerza de sus instituciones en contra del pueblo. Hoy, en este acto, nos dirigimos a las madres, a los padres, a los hermanos, a las familias y también a los sobrevivientes de aquel oscuro periodo, pues son ellos quienes se encargaron de mantener viva la memoria de aquellas atrocidades y continuar con la lucha y la exigencia de justicia», manifestó.
El titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y sobreviviente de 1968, Pablo Gómez Álvarez, subrayó que el movimiento estudiantil de hace 56 años sigue vigente gracias a que el mensaje a favor de la democracia y de las libertades continúa haciendo eco, pero ahora desde la Cuarta Transformación.
